Ojalá este libro tan solo fuera novela de ficción y no las memorias de Ishmael Beah, en las que cuenta la cruel realidad que vivió cuando era niño. Todos deberíamos tener una infancia por igual y poder disfrutar de ser niños y hacer cosas de niños. No fue el caso del autor, que vivió en primera persona los estragos de una guerra cuando tenía tan solo trece años.

Ishmael salió de su pueblo junto a unos compañeros de la escuela para participar en un concurso de rap, cuando la guerra civil que se desarrollaban en Sierra Leona llegó hasta su pueblo. Tuvo que dejar de lado su sueño por intentar huir del repentino atropello. Durante esta larga huída que lo llevó por diferentes poblados, realizar multitud de kilómetros por mitad de la selva, fue atrapado y reclutado por el ejército local. Debido a la difícil situación que enfrentaba el ejército de Sierra Leona en su lucha contra los rebeldes, tomaron medidas extremas y sin importar la edad, reclutaron a cualquier persona capaz de luchar, siendo el autor uno de ellos.

A través del uso del miedo y el suministro excesivo de drogas, el ejército de Sierra Leona manipulaba y lavaba el cerebro de sus reclutas, creando una fuerte adicción en ellos, con el fin de convencerlos de que estaban haciendo lo correcto, poniéndoles armas en sus manos, se les convertía en asesinos sin remordimientos. El autor relata de primera mano los desgarradores actos de corrupción y violencia que presenció, siendo aún más angustiante saber que todos los hechos descritos son reales.

Unos años más tarde y gracias a UNICEF, la vida de Ishmael dio un giro de 180 grados, al rescatarlo e ingresarlo en un programa de rehabilitación para ayudarlo a salir de estas duras vivencias.

Es admirable la valentía del autor al revivir y compartir sus experiencias, lo que demuestra su coraje y determinación para hacer frente a su pasado. Este libro es esencial para hacer visibles las dolorosas realidades que todavía existen en nuestro mundo.

La forma en que el autor, como sobreviviente, comparte sus vivencias es impresionante y muy efectiva para crear conciencia sobre la realidad que aún viven muchos niños en todo el mundo. Es admirable cómo logró superar sus traumas y tener la valentía de escribir sobre ellos, lo que demuestra su fortaleza. Es conmovedor y desgarrador leer su historia, pero también está llena de esperanza. En resumen, este libro es una obra emotiva que toca el corazón de sus lectores y nos hace reflexionar sobre la importancia de luchar contra la injusticia en el mundo.