Título: Chesil Beach
Autor: Ian McEwan
Editorial: Anagrama
Año de edición: 2008
Descripción: Tienen poco más de veinte años, y se conocieron en una manifestación en contra de las armas nucleares. Florence es una chica de clase media alta, su padre es un exitoso hombre de negocios y su madre una activa profesora universitaria. Edward, en cambio, pertenece a una familia que apenas se sostiene en la zona baja de la clase media; su padre es maestro y su madre, tras un insólito accidente, vive desde hace años en una nebulosa. Florence es violinista, y Edward ha estudiado historia. Y ambos son inocentes, y vírgenes, y se aman. Es un día de julio de 1962, un año antes de que, según Philip Larkin, en Inglaterra se empezara a follar, cuando El amante de Lady Chatterley aún estaba prohibido, no había aparecido el primer LP de los Beatles, y el tsunami de la revolución sexual no había llegado a esas costas. Edward y Florence se han casado y van a pasar su noche de bodas en un hotel junto a Chesil Beach, y lo que sucede esa noche entre estos dos inocentes, en unos años donde hablar sobre problemas sexuales era imposible, es la materia con que McEwan construye su chejoviano, delicadísimo, terrible mapa de una relación, del amor, del sexo, y también de una época, y de sus discursos y sus silencios.
Puntuación:
Reseña: He de decir que tenía grandes expectativas con este libro, me esperaba más aún de él. Había leído muy buenas críticas y me ha dejado un poco indiferente. No es que sea mal título ni es que esté mal escrito pero sí que esperaba algo más. Aún así, le doy un 3,5 sobre 5, que no la considero como una mala nota.
La novela habla sobre la historia de Florence y Edward, una pareja de recién casados situada en los años sesenta. Ambos, por falta de información y por la forma de pensar de dicha época son vírgenes, inexpertos e inocentes.
El primer capítulo se basa en el comportamiento de ambos y el desempeño de tener relaciones sexuales en su noche de bodas en un hotel de Chesil Beach. El autor nos mete de lleno en la mente de ambos personajes y nos va narrando los pensamientos, emociones e inquietudes de ambos ante tal situación. La consumación del matrimonio es vista de forma muy diferente por cada uno de los personajes. Para Edward, la noche de bodas la vive con deseo y con la obsesión que tenían los hombres de esta época ante la culminación y como objetivo final, el tener relaciones sexuales esta noche, ya que muchos incluso se casaban solo para poder intimar profundamente con su pareja. En cambio para Florence este hecho le resulta comprometedor y lo vive con miedo e incertidumbre ya que para ella es territorio enemigo el descubrimiento del placer, las caricias e incluso los besos apasionados.
No quiero desvelar mucho sobre las anécdotas y lo que ocurre en la habitación del hotel, pero donde al principio todo parecía mágico y romántico, descubrimos cómo la historia se va torciendo.
Los siguientes capítulos saltan entre el pasado y el presente de ambos personajes para así conocer de dónde provienen y cómo llegaron a conocerse. Edward proveniente de una familia humilde y con una vida más castigada que la de Florence, que proviene de un pasado más culto y acomodado.
Esta novela me hizo conocer la cultura y forma de pensar que había en esta época, a escasos pasos de le revolución de ideas que hubo en los años 60, donde a veces me ha dado hasta rabia leer ciertos párrafos al ver el machismo y mentalidad cerrada que existía.