Título: Ordesa
Autor: Manuel Vilas
Editorial: Alfaguara
Año: 2018
Descripción: Escrito a ratos desde el desgarro, y siempre desde la emoción, este libro es la crónica íntima de la España de las últimas décadas, pero también una narración sobre todo aquello que nos recuerda que somos seres vulnerables, sobre la necesidad de levantarnos y seguir adelante cuando nada parece hacerlo posible, cuando casi todos los lazos que nos unían a los demás han desaparecido o los hemos roto. Y sobrevivimos.
Puntuación:
Reseña: Me ha gustado bastante este libro, aunque me ha dejado con una rara sensación. Me esperaba incluso algo más. Al haberlo marcado en muchos sitios como el libro del año 2018 tenía enormes expectativas. Quizás haya leído recientemente otros libros que me han marcado aún más, aunque he de admitir que hay que leerlo, sí que se trata de un libro imprescindible por el que hay que pasar.
Es un libro con abundantes capítulos cortitos que hace que no se haga pesado y sea de lectura rápida (al menos así ha sido en mi caso).
Manuel Vilas en este libro nos abre su corazón de par en par y nos lleva a través de su vida personal, de sus sentimientos y recuerdos, girando todo el libro alrededor de su familia debido a la muerte reciente de sus padres. A través de cada párrafo hace un gran homenaje a la vida de los fallecidos.
En algún que otro capítulo te pellizca por dentro y hace que vuelvas a viajar a tu propio pasado al sentirte identificado con las palabras del autor, haciéndote recordar momentos con algún familiar cercano ya fallecido. Todos en algún que otro momento podemos sentirnos protagonista de la obra cuando habla sobre su infancia y recuerdos familiares ya pasados.
En definitiva, prácticamente todo el libro se basa alrededor de lo mismo, nos adentramos en los secretos de la vida del autor, contando la relación que tenía con sus padres.
Ojalá pudiera medirse el dolor humano con números claros y no con palabras inciertas. Ojalá hubiera una forma de saber cuánto hemos sufrido, y que el dolor tuviera materia y medición. Todo hombre acaba un día u otro enfrentándose a la ingravidez de su paso por el mundo. Hay seres humanos que pueden soportarlo, yo nunca lo soportaré.
Nunca lo soporté.