Título: La hija de la española
Autor: Karina Sainz Borgo
Editorial: Lumen
Año: 2019
Descripción: Adelaida Falcón, una maestra caraqueña, fallece tras una larga enfermedad. Su hija Adelaida, de treinta y ocho años, no tiene a nadie y vive en una ciudad donde la violencia marca el ritmo diario de la existencia. Poco tiempo después del entierro, encuentra su casa tomada por un grupo de mujeres a las órdenes de la Mariscala. Llama a la puerta de su vecina sin hallar respuesta: Aurora Peralta, a quien todos llaman «la hija de la española», ha muerto. En la mesa del salón, una carta le comunica la concesión del pasaporte español: un salvoconducto para huir del infierno.
La hija de la española es el retrato de una mujer que escapa a todos los estereotipos enfrentada a una situación extrema. Con su primera novela, la periodista Karina Sainz Borgo, se ha convertido en la gran noticia literaria del año.
Puntuación:
Reseña: He terminado hace unos días de leer este libro, justo en pleno conflicto venezolano, con el que me hace entender un poco más la crisis que vive actualmente el país.
Para mi gusto, el libro empezó enganchándome bastante, conociendo la dura vida que vive la protagonista en la que se ambienta el libro, pero a medida que avanzaba la historia fui perdiendo algo de interés.
La historia se sitúa en Caracas, capital de Venezuela, en un momento en el tiempo en el que existe una situación de inestabilidad política, tal como la que hay actualmente, donde encontramos violencia e inseguridad en sus calles.
Gracias a la buena literatura de la autora, me metí de lleno en el personaje y leí con bastante angustia el momento en el que un grupo de delincuentes ocupa la casa de Adelaida, así como la impotencia que siente al ver cómo pierde todos sus bienes ante sus ojos, e incluso al quedarse literalmente sola en la vida tras el fallecimiento recientemente de su madre. Aquí descubrimos cómo Adelaida vive en soledad y lucha por la supervivencia, en la que vemos en algún capítulo que si no fuera por la desesperación que vive la protagonista hay acciones en la que no seríamos capaces de realizar y no entenderíamos, valorando así, el valor y valentía de la protagonista por mejorar su situación. Hay algún capítulo algo surrealista, pero tendríamos que vernos en la misma situación que la protagonista para plantearnos como viviríamos nosotros el haber perdido todo. Todos estos hechos hace que Adelaida vea la emigración como un objetivo a conseguir a marchas forzadas.
A lo largo de la historia vemos como a Adelaida se le cierran multitud de puertas, pero como dice el típico dicho, al momento descubre que se le abre otra, esta vez literalmente. Se le abre la puerta de la casa de su vecina que le da algo más de optimismo a la obra.
Se trata para mi gusto un libro de fácil lectura, en la que con una ágil lectura puedes leerte del tirón. En general, tenía muchas más expectativas de este libro, y creo que por eso me esperaba aún más. Lo bueno ha sido descubrir una autora nueva, y que para ser su primera novela no está nada, nada mal.
Lo peor de todo es saber que la historia no trata sobre un tema de ficción sino que buena parte de la sociedad venezolana vive actualmente situaciones dramáticas como la que conocemos a través de los ojos de Adelaida.
Cuando llegamos al cementerio, ya estaba abierto el hoyo con dos fosas. Una para ella, otra para mí. Mi madre había comprado la parcela años atrás. Mirando aquel hueco de arcilla, pensé en una frase de Juan Gabriel Vasquez que leí en una de las galeradas que tuve que corregir unas semanas antes: Uno es del lugar donde están enterrados sus muertos. Al observar el césped rasurado alrededor de su tumba, entendí que mi único muerto me ataba a una tierra que expulsaba a los suyos con la misma fuerza con la que los engullía. Aquella no era una nación, era una picadora.