Ha sido otra lectura de esas que no quieres que se acaben. Me quedó muy buena sensación el primer ejemplar de la ‘Trilogía de la llanura’ que ha escrito Kent Haruf. (Podéis ver AQUÍ la reseña que hice hace no mucho de este ejemplar), y obviamente, tenía pendiente leer el segundo de ellos. Me ha vuelto a dejar muy buen sabor de boca este libro.

En esta segunda parte retomamos los personajes entrañables que ya nos presentó Haruf en su primer ejemplar y volvemos al pequeño pueblo de Holt, en Colorado, para vivir más momentos con cada uno de ellos. El autor, con su prosa hace que te sientas un vecino más de este pequeño poblado, llegando a sentir que estás allí junto al resto de personajes.

En este volumen todo gira en torno al concepto de familia que crean los personajes. Sabemos más acerca de la vida que llevan los hermanos MCPheron, que siguen trabajando con el ganado; conocemos a DJ, un niño huérfano que vive con su abuelo y se ve obligado a madurar a marchas forzadas. Conocemos también a una pareja con discapacidad mental que lucha por mantener unida a su familia y a medida que avanza la obra, se van desarrollando y entrelazando unas historias con otras. Existen historias que podrían ser la de cualquiera de nosotros, donde hay momentos algo agridulces, confrontaciones entre los personajes o accidentes que causan incluso la muerte. Unos personajes que se van, y otros que llegan… En resumen, historias reales.

Tal como pasa en el primer ejemplar de la trilogía, las tramas en si no son relevantes, sino que Haruf nos toca el corazón con la belleza que hay en cada uno de los diálogos, con unos personajes familiares que nos cuentan sus historias tan humanas como podría ser cualquiera de las nuestras. Lo mejor de este segundo ejemplar es saber que aún queda un tercer libro con el que disfrutar de la historia de este pequeño poblado.