Amélie Nothomb
Los nombres erícenos
Anagrama, 2020
Los nombres epicenos son aquellos que, como Claude o Dominique, pueden utilizarse tanto en masculino como en femenino. En esta historia Claude es él y Dominique ella. Él despliega un gran empeño en casarse con ella, y después pone todavía más tesón en dejarla embarazada, sometiéndola a una extenuante disciplina sexual. Al fin logra su objetivo y como resultado nace la hija de ambos, a la que le ponen el nombre de Épicène, tomado del título de una obra teatral de Ben Jonson –contemporáneo de Shakespeare– y que es también un nombre epiceno.
Sin embargo, en cuanto se produce el nacimiento del bebé la obsesión procreadora del padre se torna indiferencia absoluta hacia su hija, una niña inteligente que crece envuelta en el absoluto desinterés de su progenitor hacia ella. Entre tanto, Claude y Dominique se han instalado en París, y él, arrastrado por una ambición social que también forma parte de sus empeños obsesivos, convence a su mujer de entablar amistad con una pareja de la alta burguesía financiera formada por Reine y Jean-Louis, cuyas hijas van al colegio con Épicène. Una pareja con la que Claude tiene un secreto vínculo –en forma de agravio– que viene de años atrás…
Y así, esta novela narra la historia de un doble rechazo y una doble venganza –una triunfante, la otra destinada al fracaso–, con unos personajes a los que no mueve el amor sino el odio. Nothomb explora con su sagacidad habitual las complejas relaciones paternofiliales y los resquemores del amor no correspondido. Y lo hace construyendo una suerte de perverso cuento de hadas contemporáneo, una fábula cruel, narrada con concisión, precisión y contundencia. Y sobre todo con un derroche de esa suculenta malevolencia con la que una vez más nos deleita en este relato ejemplar.
Puntuación
Reseña
Como nos tiene acostumbrados y como cada año, ya esperaba con ganas otra novela de Amélie Nothomb.
Su anterior libro me dejó con una sensación un poco amarga, pero con este ha vuelto a conseguir que me enganche de nuevo a sus libros, notándose entre sus letras el estilo único y propio que tiene.
Nothomb vuelve a poner en su novela una curiosa relación familiar. Nos presenta la historia llena de venganza, sufrimiento, amor y odio donde los tres personajes principales de esta familia tienen nombres epicenos (aquellos que pueden utilizarse tanto en masculino como en femenino), como es la pareja formada por Claude (él) y Domenique (ella), que a su vez, tienen a su hija Épicène. Me encanta estas pinceladas que nos deja la autora en no dejar al azar ni los nombres de los protagonistas.
Conocemos los comienzos de Claude y Dominique, una pareja formada por una mujer bastante insegura, que cae altamente influenciada bajo el hechizo de Claude.
A medida que avanza la novela vemos la evolución y madurez de Épicène, que crece sin el amor de su padre ya que desde que nace vemos como Claude la odia, dándose ella cuenta además de cómo manipula altamente a su madre. A mitad de novela es donde más me empezó a enganchar, donde sin esperarlo, ocurren una serie de acciones que te deja sin palabras, dando un giro sorprendente a la novela y viendo hasta que punto se puede llegar por venganza.
Un libro que te deja sorprendido en tan pocas páginas, con una historia familiar que llega a ser surrealista y con un final bastante intenso.
Ya con ganas de que pase otro año para volver a tener, como nos tiene acostumbrados, otra novela de Nothomb.
Acabo de terminarla y no la leí, la devoré. Mi primera Nothomb aunque veo que tú eres un experto. Me encantó su manera de narrar y sus diálogos me volvieron loca. Pronto publicaré mi reseña que ya estoy redactando. Pásate si te apetece cambiar impresiones.
Un saludo, Mr. Wonderbook.