La azotea. Fernanda Trías

Fernanda Trías

La azotea

Tránsito, 2019


«El mundo es esta casa», dice Clara. La llave de la puerta está echada; las ventanas, cubiertas con mantas. Dentro, Clara vive atrincherada con su padre, su hija y un canario enjaulado. Presa de su pasado y de sus miedos, atrapada en un delirio emocional, está convencida de que el mundo exterior es la feroz amenaza de la que debe proteger a su familia. La extenuante batalla que emprende contra él será la confrontación con su propio abismo interior.

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Puntuación


Reseña


Ya dije hace poco, en la reseña de Un amor de Sara Mesa, que me gustan los libros que te hacen sentir incómodo, que a través de las palabras te llene de sensaciones, se adentre cada párrafo dentro de ti y no pase desapercibido. Esta es otra lectura similar, en la que en apenas algo más de cien páginas, esta novela corta de la escritora uruguaya, Fernanda Trías, no te dejará indiferente.

Había visto por las redes opiniones muy buenas de este libro, y sin leer prácticamente la sinopsis, sin saber lo que me iba a encontrar, me adentré en él. Ha sido todo un acierto el efecto sorpresa sin saber más allá de que es una novela que merecía la pena leer.

Está escrita en primera persona, y nos ponemos en la piel de Clara, una mujer con problemas psicológicos, rozando la locura. Vive encerrada en un pequeño apartamento junto a su anciano padre y su hija recién nacida. Lo que caracteriza a Clara es el pánico que tiene al mundo exterior, llegando a encerrarse entre cuatro paredes, controlando incluso obsesivamente cada movimiento de su padre para impedir que salga a la calle. Tan solo, la azotea, es la vía de escape de la narradora.
La narración no nos adentra demasiado en el pasado de Clara, aunque algo se puede intuir, así como las razones que les han llevado a esta situación tan agobiante.

Leer esta reseña te hará pensar si de verdad es necesario leer un libro con una atmósfera claustrofóbica, pero es que lo genial de este título es la hermosa prosa, las palabras que usa la autora, que logra que te enganche en una prosa con una belleza tremenda, en un texto tan agotador.

En resumidas cuentas, estamos ante un relato con toques kafkianos que te puedes leer prácticamente de una sentada, lleno de incomodidades, y el en que tuve que leer hasta dos veces los últimos párrafos del libro, para saber si las acciones con las que finaliza la obra eran reales.