Antes del huracán. Kiko Amat

Kiko Amat

Antes del huracán

Anagrama, 2018


Año 2017. Curro lleva veinte años internado en el hospital psiquiátrico Santa Dympna, en Sant Boi de Llobregat, por un grave brote de locura homicida. Pero Curro está harto de ser un enfermo mental, quiere escapar de ahí y necesita un plan. Para ello nada mejor que su fiel Plácido, mayordomo de plastrón almidonado y calva reluciente, citador patológico de Churchill y persona capaz. Mientras amo y sirviente, unidos por un juramento, traman su huida, el lector empieza a descubrir el pasado terrible que acabó con la cordura del protagonista.

Es 1982 y Curro, un niño frágil de doce años envuelto en tics y fobias, lucha por superar los traumas de su vida: la demencia de su abuelo, el misterioso afán atlético de su padre, la obesidad de su madre, los puñetazos con su hermano y el abuso de los matones locales. Curro y su mejor amigo Priu –desgarbado, precozmente hirsuto, un genio–, nerds originales, raros de nacimiento, sobreviven como pueden en el extrarradio urbano, tierra de gente normal. Hasta el día en que estalla el huracán y todas las mentiras, todos los secretos acumulados en la familia y en el pueblo destruyen su mundo para siempre.

Antes del huracán es una obra triste e hilarante que habla de ser distinto, y estar jodido, en un pueblo de la periferia barcelonesa. En su quinta novela, Kiko Amat combina melancolía y humor para explorar los caminos que llevan de la rareza al delirio. Una inolvidable historia de locura, familia, clase obrera y amistad en el paisaje deshecho del extrarradio –cemento, espiguillas, descampados, torres eléctricas y calles sin asfaltar–, con los años ochenta, la guerra de las Malvinas y el Mundial 82 de fondo.

Comprar libroEbook / Kindle

Puntuación


Reseña


Tenía pendiente desde hace tiempo subir esta reseña. Con la publicación de su reciente novela, sentía que tenía que hacerlo ya, y con más razón cuando ha sido de lo mejorcito que he leído hasta ahora de Kiko Amat. Ya me ganó con Revancha, y ha vuelto a hacerlo. Tiene un estilo tan propio y característico que lo hace único, ese humor negro y rebeldía que contiene sus textos me ha enganchado y sé, que la reciente publicación, también terminará cayendo en mis manos.

En esta historia, el autor, nos sitúa paralelamente en dos líneas de tiempo diferentes.
En una de ellas conocemos a Curro Abad, un hombre ya adulto que pasa sus días junto a Plácido, fiel sirviente y escudero, «encerrado», tras un incidente que se irá revelando a lo largo de las páginas, en un hospital psiquiátrico de Sant Boi de Llobregat, un pueblo situado en el extrarradio de Barcelona y lugar de nacimiento del propio autor.

La otra línea de tiempo transcurre durante los años 80, en plena infancia de Curro, el cual pasa los días junto a su fiel amigo Priu y su familia. Aquí conocemos su entorno y será donde comprobemos cómo un niño que nace inocente y sin maldad, se va moldeando según sus vivencias e influencias.
Nos cuenta cómo su abuelo ya estuvo largo tiempo ingresado en un hospital psiquiátrico y con una familia rota que realmente no es demasiado modelo a seguir.

El pasado y presente se va entrelazando y vamos conociendo el incidente y las razones por las que ha llegado a tal lugar. Ha pasado de ser un niño como cualquier otro, al que le ha tocado vivir una complicada infancia; a ver cómo poco a poco su vida se va corrompiendo.

Una simple novela que da para la reflexión, de cómo una vida inocente puede acabar agrietándose debido al gran mundo de las influencias, principalmente la de tu propia familia y el entorno más cercano del día a día.

Es muy fácil empatizar con el personaje de Curro: sufres, padeces y te ríes con él en cada una de sus aventuras, y más aún si has vivido tu infancia en los años 80. He revivido con gran nostalgia momentos míticos de esa época.

La he disfrutado con más razón aún al vivir ahora en Sant boi, lugar donde surge la historia y tras conocer cada una de las calles y lugares que se describe en el libro, lo ha hecho si cabe más especial. Me ha encantado.

«¿Sabes, Placido? Quizás lo anormal sea la cordura, después de todo. ¿No crees? Es un mundo regido por la aleatoriedad, rodeado de vacío. Crueldad y violencia. Donde nada significa nada y los inocentes son aplastados. En un mundo así, Placido, solo puedes beber o enloquecer. Yo hice lo primero y luego, cuando eso ya no bastaba, lo segundo.»