David Trueba
Blitz
Anagrama, 2015
Blitz podría ser una tragicomedia romántica. Pero como ese género no existe, estamos invitados a ignorar las etiquetas y centrarnos de manera apasionada en la peripecia de los personajes. En especial de Beto, un joven arquitecto paisajista que llega a las costas de Múnich en medio de un naufragio vital y sentimental. Invitado a participar en un concurso que podría solucionar sus perspectivas de futuro, ha llegado acompañado por su novia. Pero, casi al instante, su estancia en Alemania se convertirá en una comedia humana. Bajo el destello de un relámpago, que es exactamente lo que significa la palabra blitz, tendrá que afrontar un cambio de vida y de ideales.
Llena de emotivas instantáneas del amor perdido, bajo una escritura afilada por el sentido del humor, los personajes parecen deslizarse dentro de un reloj de arena. Porque será la reflexión sobre el discurrir del tiempo lo que conduzca al protagonista hacia una mujer de otra edad, Helga, en un encuentro intergeneracional que es el corazón del relato. Pegado a los pensamientos de Beto, el lector no dejará de preguntarse a cada momento por lo que le espera en la página siguiente. ¿Y ahora qué?
La respuesta se esconde en esta narración destilada, la esperada nueva novela de David Trueba tras Saber perder, que se alzó con el Premio de la Crítica en 2008.
Puntuación
Reseña
Tal como dije en la reciente reseña de Queridos niños, sabia que volvería a leer a David Trueba, y no he tardado nada en hacerme con una de sus anteriores obras. Sigo pensando lo mismo que ya dije, me encanta la escritura de este autor. Y vuelvo a repetir lo mismo, me da que volveré pronto a leer otro de sus anteriores libros. Esta es la suerte de descubrir tarde a un autor, que tiene ya varios libros a sus espaldas para poder disfrutarlos.
Nada más comenzar la novela, conocemos a Beto, un arquitecto de 30 años que viaja al Congreso Internacional en Múnich en compañía de Marta, su novia, para presentar un proyecto. Inesperadamente recibe un sms de ella, enviado por error a la persona equivocada, y descubre que le es infiel. Tras esta acción, ella vuelve a su ciudad mientras que Beto decide quedarse unos días más en Munich.
Estos días lo pasará junto a Helga, una mujer de 63 años, que forma parte de la organización del evento, y será la persona en la que encuentra cobijo, quedándose incluso a dormir en su casa.
Tras sentirse perdido y en estado de crisis, se cobija tanto en Helga, que llega a tener un tonteo con ella, manteniendo incluso relaciones, descritas por el autor de tal manera que se llega a sentir algo de pudor.
Beto al día siguiente se encuentra avergonzado tras la relación mantenida con una mujer que le dobla la edad, todo lo contrario físicamente a su prototipo y a Marta.
Sin duda, el tiempo está muy presente a lo largo de la novela; los treinta años del protagonista, los sesenta de Helga, los relojes de arena presentes en su proyecto arquitectónico, e incluso en el nombre que da titulo a la novela. Blitz, sinónimo de algo instantáneo, fugaz, nombre que se le da también a los relámpagos; todo ello sinónimo de la vida que se va, así como también el amor.
En resumen, un libro de un autor del que me ha vuelto a gustar mucho su escritura, cargada de humor, reflexiones e ironía.