Marta Carnicero
Coníferas
Acantilado, 2020
Joel vive en Walden, una comunidad idílica en plena naturaleza cuyos miembros rechazan las nuevas tecnologías y abogan por una vida fiel a las costumbres de antes. Con el propósito de acercarse a Alina, una recién llegada que lo tiene fascinado, empieza a enviarse cartas a sí mismo a casa de la joven. Todo va sobre ruedas hasta que Alina le entrega una que no ha escrito él y cuyo contenido sugiere que el remitente anónimo lo conoce mejor que nadie. A medida que la relación con Alina avanza, se suceden los equívocos y las amenazas de este saboteador epistolar empeñado en separar a la pareja. Lentamente, sin darse cuenta, Joel queda atrapado en un inquietante laberinto de espejos donde su reflejo parece adquirir vida propia mientras él lucha para recuperar las riendas de su destino. Marta Carnicero urde con maestría los hilos de este relato conmovedor sobre la identidad, el amor y la angustia de perder una y otro.
Puntuación
Reseña
Tras haber leído el anterior libro de Marta Carnicero, El cielo según Google, que por cierto me encantó, tenía la necesidad de volver a leer algo nuevo de dicha autora, y tras enterarme que había sacado nuevo libro, me lancé sin dudarlo a por él.
La historia nos sitúa en una urbanización llamadas las Walden, guiño al famoso libro de Henry David Thoreau, un lugar donde se huye de la tecnología y donde destaca la vida tradicional. En este lugar vive Joel, un chico que se enamora y encapricha de su vecina Alina. Lo curioso y a la vez contradictorio con el lugar donde viven, es que ambos llevan implantado un chip en el cerebro como método para combatir la demencia.
Este avance tecnológico y curioso chip es capaz de almacenar los recuerdos a modo de copia de seguridad y poder manejarlos a su antojo, así como bloquear y borrar de la mente los recuerdos elegidos en el momento que queramos. Es vendido e implantado como forma de combatir la demencia a gente que puede ser propensa a tener esta enfermedad y poder mantener los recuerdos a salvo.
Con esta premisa de ciencia ficción, Joel comienza una trepidante búsqueda de identidad, así como la búsqueda de una vida idílica, manteniéndose alejado de cualquier recuerdo que pudo ser duro del pasado. Afronta de una manera perturbadora en la actualidad los recuerdos que bloqueó del pasado, manteniendo una complicada batalla contra sí mismo.
Catalogaría esta novela como una distopía, pero conociendo el mundo al que vamos encaminados, no veo tan distante dentro de un futuro la existencia de este tipo de tecnología. Soy de los que piensan que hay que saber vivir con los recuerdos y momentos que nos hayan hecho también sufrir en el pasado, ya que gracias a ellos, también forman parte de nuestra identidad.
Estamos ante una novela escrita con un lenguaje muy maduro, con alto grado de suspense y capítulos cortos que van al grano, sin demasiadas florituras. Marta ha sido capaz de mantenerme en vilo hasta su última página, donde el puzzle que nos propone, termina de cuadrar. Sigo recomendando leer a Marta Carnicero, ya no solo por su anterior novela, sino también por esta interesante propuesta.