Alejandro Zambra
Formas de volver a casa
Anagrama, 2014
Formas de volver a casa habla de la generación de quienes aprendían a leer o a dibujar mientras sus padres se convertían en cómplices o víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet. Alejandro Zambra muestra el Chile de mediados de los años ochenta a partir de la vida de un niño de nueve años.
El autor apunta a la necesidad de una literatura de los hijos, de una mirada que haga frente a las versiones oficiales. Pero no se trata sólo de matar al padre sino también de entender realmente lo que sucedía en esos años. Por eso la novela desnuda su propia construcción, a través de un diario en que el escritor registra sus dudas, sus propósitos y también cómo influye, en su trabajo, la inquietante presencia de una mujer.
Puntuación
Reseña
Menudo libro te has marcado, Zambra. Se trata de una obra breve, pero ha pasado a ser una de mis favoritas del autor. Me ha encantado, desde su título hasta la original forma de contarnos la historia.
Nada más empezar la novela nos transporta a la mirada inocente de un niño de nueve años. Este niño, inmerso en la inocencia de la infancia, observa su mundo como un juego, ajeno a los graves problemas que asolan su ciudad, Santiago de Chile, durante la dictadura de Augusto Pinochet.
La historia comienza con un terremoto en 1984, un evento que sacude tanto el suelo como la vida de los personajes. El niño nos introduce a su mundo a través de sus recuerdos de infancia y su relación con Claudia, una niña mayor que él, quien le pide que espíe a su tío, un vecino de este. Esta relación inocente y llena de curiosidad infantil se desarrolla en un contexto cargado de tensión política y social.
«Mientras los adultos mataban o eran muertos, nosotros hacíamos dibujos en un rincón.»
Una novela dentro de una novela. De repente pasamos a una segunda parte en este libro donde un autor anónimo está escribiendo el libro del niño que conocemos en la primera parte, un libro autobiográfico. Poco a poco ambas historias se fusionan mientras alternan entre la ficción del escritor y su realidad donde cubren temas similares.
El libro no se centra exclusivamente en la dictadura de Pinochet, sino en cómo era ser un niño en una época turbulenta de la historia chilena. Una visión desde la inocencia en tiempos de adversidad, tratando de entender lo que sucedía en aquella época.
Lo que más me ha gustado es la sencillez y originalidad de contarnos esta historia, una novela dentro de otra novela, explorando temas sobre la familia, el amor, los regresos, los recuerdos al mirar el pasado desde la adultez… Todo ello contado con un lenguaje sencillo, algo de nostalgia y visto desde diferentes perspectivas.