Al leer la sinopsis de este libro me generó bastante curiosidad conocer la historia de Velibor Čolić. Aún no tenía aún ningún titulo de Periférica Editorial y este me ha sorprendido para bien.

Se trata de una novela autobiográfica de un escritor bosnio exiliado de su país tras haber sido soldado en contra de su voluntad en el ejército bosnio en la guerra de los Balcanes. Desertor de esta guerra y tras ser prisionero, consigue fugarse y escapar tan solo con lo puesto hacia Francia, donde comienza su vida como refugiado. Con tan solo unas simples pertenencias como son un rosario, cincuenta marcos alemanes, un bolígrafo, dos postales, un manuscrito y una foto de Emily Dickinson comienza su nueva y difícil vida.

Recorremos las vivencias de su nueva etapa en París, donde tiene que reaprender a ser escritor, comenzar a escribir en una lengua que no es la suya, esta vez en francés y tal como he leído en una entrevista al autor, escribe principalmente para los no exiliados, para que así seamos conscientes y valoremos lo que tenemos.

En resumen, las memorias son contadas con cierto humor negro e ironía, y con una lectura bastante amena, conocemos los esfuerzos por los que tuvo que pasar para sobrevivir en un ambiente de gran soledad, siendo casi transparente para la sociedad. Haciendo todo lo posible por romper dicha soledad, conocemos a los diferentes personajes con los que interactúa y nos lleva a través de diferentes ciudades, como son París, Praga, Milán o Venecia.