Estoy muy agradecido a Babelio y a Salamandra por haberme dado una vez más la oportunidad de leer y descubrir a una nueva autora.

El haberme hecho con esta novela fue algo superficial. Me hice este libro por la portada, me enamoró la imagen que lleva, su titulo y las recomendaciones en la faja que la acompaña. Sin saber mucho más sobre la autora, lo solicité a Babelio en su programa de #MasaCritica y afortunadamente me la enviaron.

Tengo sentimientos encontrados con este título; me da un poco de rabia cuando pillas algo con tantas ganas y tras leer y leer no terminas de conectar con el texto. Está compuesto por una recopilación de relatos, independientes unos de otros, situados a lo largo de diferentes ciudades como Nueva York, Tel Aviv o Berlín y en los que trata temas relacionados entre hombres y mujeres como el amor, la vulnerabilidad de las mentes, el duelo, el arrepentimiento, así como reflexiones generales de la vida bastante melancólicas.

Ha habido un par de relatos que para mi gusto, han destacado más que el resto, como son “Zusya en el tejado», una conmovedora historia en el que el roce de un hombre con la muerte y el haber estado tan cerca de ella, hace que mire la vida desde otro punto de vista y cambie completamente su visión del mundo. Otra de las que me han marcado son «Emergencias futuras», un relato bastante claustrofóbico y escalofriante donde se distribuyen máscaras de gas entre la población para una posible necesidad de ellas. No he podido evitar mirar atrás, y recordar el confinamiento por la COVID.

En otra de las historias que da nombre al título, una mujer le pregunta a su novio alemán si hubiera sido nazi y si habría sido capaz de matar. Responde afirmativamente, ya que dice que le gusta servir al ejército. Esto le remueve una serie de pensamientos y le hace pensar realmente con quién comparte su vida.

En general, el resto de relatos me han parecido bastantes amenos de leer, pero me han resultado bastantes lineales, no me han llegado realmente a emocionar y no he empatizado con los personajes. Lo que si me ha atraído de algunos de los relatos es el final abierto que deja la autora para que sea tu mente la que imagine el desenlace.